sábado, 7 de marzo de 2015

Abrazada a un olivo milenario: la Morruda





El momento para abrazar a esta maravilla de la naturaleza no era el más propicio. La lluvia, incansable y monótona, nos acompaña durante todo el fin de semana en el que estamos conociendo la comarca del Alto Palancia, en Castellón. Eso sí, sin que decaigan los ánimos. Por eso no me resisto a refugiarme entre sus ramas y el olivo milenario La Morruda se deja abrazar... ¡aunque los brazos no abarcan un tronco tan inmenso!

Vaya tontería, pensaréis algunos. Pero, ¿habéis probado a abrazar un árbol? Produce una sensación de tranquilidad, te hace sentirte más cerca de la naturaleza de la que formamos parte y además repartimos un poquito de cariño... No soy de las que hablan a las plantas, ¿eh? Pero tocar el grandioso tronco de este olivo, que ha visto pasar tantísimo (¡unos 1500 años!), produce una sensación especial.

Allí, bajo la lluvia, con los compañeros del blogtrip #AceiteCastellón, intentando salvaguardar las cámaras del agua, pude experimentar por un momento esa tranquilidad y sabiduría silenciosa de la naturaleza.

Pero si nos olvidamos de misticismos, ¿qué más sabemos de la olivera milenaria La Morruda?



Se encuentra a poca distancia de Segorbe, capital del Alto Palancia,  en la Sierra Calderona.  Las espectaculares medidas del olivo milenario son 7’95 metros de altura total desde el suelo hasta la punta de la copa,  14’60 metros de diámetro de la copa y 6’75 metros de diámetro del tronco. Tiene una edad aproximada de 1550 años.

Ha sido declarado "árbol monumental", lo cual impide que sea arrancado para trasladarse a otro lugar, como adorno de jardines, por ejemplo, que está muy de moda. En una zona fértil de cultivos, me sorprendió la cantidad de olivos, que dan lugar a otra de las riquezas de la zona, su aceite.

El curioso nombre de la olivera procede de la variedad de oliva, la morruda, característica de la zona, deliciosas aliñadas y que dan un aceite de sabor intenso, frutado, con un toque amargo y picante y notas de tomate.

Por cierto, que pude comprobar el sabor intenso de los aceites de la zona, con relevancia de la variedad de la Sierra de Espadán, en una cata que realizamos en el interesantísimo Museo del aceite La belluga, en Segorbe. Allí, entre otras muchas curiosidades, podemos ver una reproducción de un corte del tronco del popular olivo milenario La Morruda. Pero ese no se puede abrazar...

Fotos: Eva Paris
En Diario del viajero: Diez paradas imprescindibles en el Alto Palancia

2 comentarios:

Cristófol dijo...

A qué distancia está de la ciudad de Segorbe? Puedo ir en bicicleta? Lo digo por el estado del camino. Lo desconozco.

Eva Paris dijo...

Hola! Aquí puedes ver la ruta detallada desde Segorbe:

http://www.segorbe.org/?go=e6598a7e63ddfde8d1ebbb71fc098b1ee7aa2ba1c52fce7ebcd7d60d0d794ad1310ecdc1fb867fbb3c150539f2568bfcd49c44ebd5a67112

Si se puede ir en coche como en nuestro caso, en bici también :)

Un saludo!